jueves, 13 de mayo de 2010

¿ESTÁN LISTAS LAS EMPRESAS PARA EL CAMBIO?

Publicado en la Revista No.4 de la Cámara de la Pequeña Industria, mayo 2010, pág. 16-18
Las empresas que desarrollan una planificación estratégica de marketing, conocen la importancia que tiene segmentar el mercado para la óptima utilización de sus recursos. Dentro de este proceso de segmentación es importante que conozcan la cultura de su mercado meta como un factor fundamental para determinar sus necesidades, gustos y preferencias y poder ofrecer a sus clientes productos o servicios ajustados a las continuas y cambiantes exigencias del mismo.

Los expertos afirman que desde pequeños adquirimos una serie de creencias, valores y costumbres que contribuyen a formar nuestra cultura. Pero, ¿qué es cultura? Hoebel señala que la cultura es “Un conjunto de creencias y costumbres, manifiestas y compartidas por todos los integrantes de la sociedad”, mientras que para Keegan, la cultura es “la suma de valores conscientes e inconscientes, ideas, actitudes y símbolos, que forman el comportamiento humano y que son transmitidos de una generación a la siguiente”.

La utilización de la publicidad, como herramienta estratégica del marketing, juega aún un papel importante dentro de la cultura de consumo ecuatoriana. Las grandes empresas gastan miles de dólares en diseñar campañas publicitarias para “dirigir” ese comportamiento de compra mediante el “envío” de mensajes que “modulan” la conducta del mercado y promueven el consumo a través de los medios de comunicación tradicionales.

Pues, les tengo una noticia, con la llegada de la tecnología DVR (Digital Video Recorder o Grabador de Video Digital), que es un dispositivo que digitaliza los programas de televisión por cable hacia un disco duro, permitiéndole al telespectador pausar en cualquier momento la transmisión y luego continuar viéndola o grabar un programa para verlo luego, promete a sus usuarios la facilidad de saltarse los “molestos” comerciales simplemente haciendo un click en un botón del control remoto. Un estudio de la empresa Jupiter Research en el 2008 reveló que, de 1.000 encuestas realizadas en los Estados Unidos, Europa y Asia, el 25% de sus usuarios evitaban los comerciales y que su número iba en aumento. ¿Cómo afectará este nuevo sistema a nuestra cultura de consumos?, ¿Están las empresas ecuatorianas preparándose para este cambio?

Nuestra cultura de consumo se ha visto influenciada en los últimos años y ha experimentado cambios drásticos con la llegada del Internet. El comportamiento del consumidor ahora tiene un nuevo significado. El incremento, cada vez mayor, del uso de la tecnología como herramienta dentro del proceso de compra, ha dado a los consumidores mayor poder de negociación del que antes tenían, pues les permite escoger dentro de una oferta mucho más grande y con productos de mejor calidad que los nuestros. Además, permite a los consumidores un mayor acceso a la información, tanto, que ahora pueden evaluar las características de varios modelos de productos o servicios antes de realizar su compra en la comodidad de su casa y sin sacarse la pijama, inclusive, pueden comprar productos usados a bajos precios a personas que suben sus productos al ciberespacio. El impacto que tiene esta “revolución digital” en los patrones de comportamiento, afectarán seriamente, en el corto y mediano plazo, a las empresas locales.

Muchos de ustedes se sienten tranquilos pues piensan que, basados en las características de su mercado meta, a sus consumidores no ha llegado, y suponen que no llegará, esta cultura digital. Les comento algo, estos consumidores, si bien es cierto que no tienen un comportamiento de compra a través de Internet, y es posible que ni siquiera sepan prender una computadora, tienen hijos, sobrinos, nietos y hasta vecinos jóvenes que vienen “recargados”.

Los avances tecnológicos aparecen cada vez con mayor rapidez y profundidad. Los consumidores han adoptado a la tecnología como parte importante de su cultura y cada día se incorporan más. Con la aparición de la telefonía celular, los jóvenes empezaron a comunicarse a través de los mensajes de texto, creando inclusive su propio lenguaje, modificando su comunicación. El primer mensaje de texto fue enviado en 1992, hoy en día la cantidad de mensajes de texto enviados durante un día excede la población mundial del planeta. Kate Moore, de 15 años, ganó un concurso de envío de mensajes de texto, en los Estados Unidos, ¡¡escritos a ciegas!! Cada vez más común ver personas con teléfonos celulares que tengan servicio de Internet incorporado, es decir, viven una cultura tecnológica las 24 horas del día.
Por ponerles otro ejemplo del impacto que tiene la tecnología en nuestros días. Actualmente existen 31 billones de búsquedas en Google cada mes; en el año 2006 la cifra era de 2,7 billones. A la radio le costó 38 años tener una audiencia de 50 millones de personas, a la televisión 13 años y al Facebook (red de comunicación social en internet), nada más 2 años. ¿Deben las empresas considerar estos avances tecnológicos y anticiparse a los cambios en su comunicación?

Podemos decir entonces que el concepto de cultura se ha modificado, producto, básicamente, de los cambios tecnológicos, actuales y de la influencia misma de otras culturas a las cuales ahora tienen acceso las personas. Así lo afirma Pulido, “Nadie pertenece a una cultura; en todo caso, la cultura pertenece a las personas, que la usan, la manipulan y la transforman a lo largo de sus vidas”.

No todo es negativo en este escenario, las empresas tienen nuevas oportunidades al ingresar en estos canales tecnológicos, especialmente para las PYMES que no poseen los recursos suficientes para utilizarlos en campañas publicitarias a través de los mass media. La comunicación a través de la web permite a las empresas evaluar inmediatamente el impacto que tiene su publicidad, otorgándole la posibilidad de realizar ajustes de manera inmediata, mejorando su efectividad; mientras que en la publicidad, a través de medios de comunicación tradicionales, la medición de la efectividad de su mensaje debe ser evaluada en las ventas futuras o a través de una investigación de mercado, sin tiempo para modificarla e incrementando el costo.
Otro de los beneficios del Internet, está en que las empresas obtienen información de manera rápida sobre lo que buscan los visitantes en sus páginas web, haciendo que la comunicación fluya en ambos sentidos. Al conocer el registro de compra de los consumidores, le da la posibilidad a las empresas para crear su propia base de datos, permitiéndole encontrar nuevos nichos de mercado. Esta información permite a las empresas ofertar productos adaptados a las necesidades individuales de los consumidores, cuando la tendencia es hacia la homogeneización de los productos, tomando como base su historial de compras. Estas nuevas oportunidades de mercado serán aprovechadas por las compañías que tengan una visión más clara de las variables que afectan hoy en día a nuestra cultura.

Otras de las bondades que ofrece el Internet a las empresas es poder establecer estrategias de fidelización con sus clientes, para evitar que se vayan con la competencia, a través de la personalización de la comunicación. Conocer ¿Qué les interesó?, ¿Qué compraron?, ¿Cómo nos encontraron?, etc. hará que las empresas puedan ofertar sus productos de acuerdo a las necesidades de sus clientes. Permite, además, explotar las relaciones con sus clientes y ofrecerles un servicio más eficiente logrando un posicionamiento de marca. Sabemos que un cliente satisfecho es un cliente que volverá por más. Como resultado, las empresas verán un incremento en el volumen de sus ventas.

Es precisamente hoy, cuando los gerentes de marketing y demás directivos, deben hacer un alto para reflexionar y replantear sus estrategias basándose en la influencia que ejerce el Internet, dentro del comportamiento de sus clientes. Sin dudarlo, ellos se fijarán en los productos o servicios que consideren óptimos para la satisfacción de sus necesidades. El Internet ya está aquí, ahora hay que pensar en nuevas estrategias de comunicación para llegar a nuestro mercado.
La pregunta es: ¿están listas las empresas para modificar su cultura organizacional y ponerse a la par de su mercado?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dame tu opinión...